Es la historia de un humilde cocinero que ayudó a un niño que intentó
robar medicinas para su mamá enferma. El cocinero no solo compra las medicinas
para él, sino que además le regala comida para su familia. Treinta años
después, ese niño le salvó la vida.
Convertido en médico, el niño pobre se ocupa del hombre que cayó enfermo
y requiere de una costosa cirugía (25 mil dólares) para que recupere su salud.
El médico --que se preocupa por personas de bajos recursos- reconoce al hombre
que lo ayudó y a su hija y paga la operación.
Medios estadounidenses afirman que miles de personas han quedado conmovidas por el comercial que es un poderoso mensaje de poder de la amabilidad y de dar sin esperar algo a cambio
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